Juan-Fernando Duque-Osorio. Msc. 

Serie Juvenil “Gossip Girl”: Con la Edad Pierden Importancia los Detalles Aumentando la Felicidad

Para anestesiarme durante una depresión devoré la serie adolescencial Gossip Girl. Cuando somos jóvenes nos preocupamos mucho por detalles irrelevantes como la popularidad en el colegio. En mi juventud no podía vivir sin pareja ni sin amigos. Conforme el cerebro envejece percibimos y por lo tanto nos importan menos los detalles, fijándonos en lo general, lo cual nos asciende en la curva de la felicidad. Se relaciona esto con la ética del placer Epicuro y los estadíos de la vida de Kierkegaard.


El mes pasado tuve una leve depresión. Ya me debo acostumbrar a que aproximadamente cada mes largo me deprimo por más bien que maneje mis rutinas y mis fármacos cuya fórmula no se puede mejorar más. Dada la condición bipolar que tengo, soy de extremos; generalmente no veo televisión, pero cuando me deprimo cojo una serie que me enganche y no puedo para de ver episodios. Esta vez me devoré “Gossip Girl”, serie emitida entre el 2007 y 2012 disponible en Netflix [1]. La trama principal de la serie se basa en una bloguera anónima despiadada que narra día a día chismes, conflictos amorosos, familiares y económicos de un grupo de jóvenes multimillonarios de la elite de Manhattan-NY al noreste del Parque Central. Esta serie me dejó pensando en el sentido de que cuando uno está en esa edad se preocupa por cosas que ahora, en mi caso que estoy llegando a los 50, son realmente banales. Lo primero que vi en esa serie es que los protagonistas están muy ocupados en sus “amores”. Eso realmente me afectaba a mí mucho incluso bien pasada la adolescencia. Entre mis los 18 y mis 30s no podía vivir sin compañera sexual estable. Hace poco vi una entrada del 2005 en mi bitácora privada, que es diferente a este blog, que entre otras cosas dice:
 
“Sin novia, la vida no merece la pena ser vivida”.
 
Eso me impresionó mucho pues ahora prácticamente no me hace falta tener pareja. Ya voy a cumplir ocho años de estar solo y cada vez me acostumbro más a esa situación. De pronto en navidades esto me afecta un poco pues, entre otras cosas, creo que es una época donde la presión social por aparentar estar perfectamente feliz aumenta y se siente nostalgia por no tener pareja. Durante las fiestas de fin de año fue la penúltima vez que me deprimí por lo acabado de mencionar. Pero esas ansias romántico-sexuales están virtualmente extintas y me tomo más de 20 años deshacerme de las mismas.
 
Después siguió evacuar la falta de tener muchos amigos. Durante, otra vez, mis 20s y 30s yo era sociotrópico. Es decir, siempre tenía que tener varios grupos de amigos con los cuales farandulear. Máxime habiendo sido criado en Cali que ha sido una de las mecas de las rumbas, jaranas, feria, etc., en Colombia. Cuando uno es un adolescente en una ciudad como a la acaba de nombrar y no tiene grupos de amigos con los cuales salir a festejar todos los viernes y sábados, se siente como si no fuera persona. Incluso había épocas en que tenía que salir a rumbear los días hábiles de la semana también. Cuando no tenía novia me atravesaba de sur a norte la ciudad, que tiene unos 2.5 millones de habitantes, para ir al club de solteros que teníamos en el centro comercial Chipichape alrededor del año 2004.

Y recién llegado acá a Ibagué, ciudad pequeña en el centro de Colombia, y ya con 36 años de edad, seguía en las mismas. Todos los fines de semana nos dedicábamos a fiestas de piscina con los amigos que conocí entre el 2010 y 2016 año en que, repito, tuve mi última novia. A partir del 2017 me asaltó una crisis de insomnio y a partir del 2018 me empecé en encerrar para hacer higiene del sueño tempranera y estricta. Después vino la pandemia y cada vez me fui acostumbrando más a la comodidad de mi casa y ahora sólo salgo de muy de vez en cuando a mis citas médicas rutinarias y a reuniones familiares esporádicas. Conforme avanza uno en edad se va volviendo más cómodo.
 
Entonces esa comodidad me ha llevado a tener dificultades para producir dinero. Como lo expresé antes en este blog, tengo dificultades para hacer cosas que no me gustan para ganar plata (prostitución en el sentido no sexual de la palabra) [2] teniendo como única afición el lecto-escribir. Y es que bloguear es el principal indicador que mide qué tan bien estoy de salud cerebro-mental. Cuando quiero hacer cosas que vayan más allá de mi blog es porque estoy subido de ánimo y cuando no me dan deseos de bloguear es porque estoy bajo. Entonces una de las últimas cosas que me falta controlar es tener empeños en forma de proyectos estrambóticos para, supuestamente, enriquecerme lo cual aumenta el grado de mis hipomanías, quitándome el sueño, para después aumentar la probabilidad de que venga una depresión como contra-reacción.
 
Y es en ese orden que he ido quitando añoranzas que me alteran: ansias románticas (reproducción), sociabilidad extrema en forma de sociotropía (tener apoyo de pares y compañeros de caza) y ganar grandes cantidades de dinero (caza en sí). Tiene sentido pues la reproducción responde al impulso instintivo para pasar nuestros genes egoístas de una generación a la siguiente [3]. Afortunadamente este deseo, al menos a nivel consciente, lo eliminé desde el 2006 cuando una colega me dijo que por un fenómeno que llamado anticipación, los individuos con tendencias genéticas a desarrollar condiciones como bipolaridad las van heredando con mayor severidad generación tras generación [4]. Yo soy bipolar primera generación en mi familia, pero si llego a tener un descendiente que herede mi condición, va a tener una bipolaridad más grave que la mía. Entonces he ahí un consejo; si sos bipolar, tratá de no reproducirte. Pero la reproducción es algo instintivo por lo cual uno así no quiera dejar descendencia sigue teniendo deseo sexual para lo cual en mi caso yo me las arreglo solo. Es decir, por el solo hecho de no querer tener hijos, a uno como hombre heterosexual, no le van a dejar de gustar las mujeres. Pero para volver a tener la vida sexualmente activa que tenía cuando era adolescente y joven, ahora como un hombre de casi 50 años, debería tener grandes cantidades de dinero (unidades de supervivencia). En otras palabras, para ser agradable al sexo opuesto uno debe ser competente en todos los sentidos. Al menos así lo hacen los otros animales; primero se aseguran el nido y un estable suministro de comida. Es decir, para un hombre ser apto para tener sexo de calidad debe ser joven y/o tener mucho dinero (caza asegurada). Y yo ni soy joven ni tengo grandes cantidades de dinero. Entonces en esta cruzada en la cual estoy por eliminar la mayor cantidad de deseos, de acuerdo a como lo aconseja el budismo, tiene sentido eliminarlos en ese orden; no tener ansias romántico-sexuales, ni sociabilidad excesiva y eliminar las ganas de producir mucho dinero. Entonces eso me lleva a Epicuro de Samos (341 a 270 antes de cristo) [5]. Este filósofo decía:
 
“Si te hace falta dinero, bájale a tu codicia”.
 
Que, junto con otras corrientes de la época helenística de la filosofía griega como los estoicos, propendían por tener una vida austera, frugal, dentro de la cual uno dependiera para ser feliz, lo que más se pueda, sólo de uno mismo (autarquía). Relacionado con esto, Epicuro también habla de que los tipos de placeres:

1. Naturales y Necesarios como el alimento, hidratación y refugio.

2. Naturales e Innecesarios como el sexo.

3. No-naturales ni necesarios como los lujos.

Uno debe evitar los del tercer tipo pues las personas que se dedican a acumular bienes materiales en exceso nunca están contentos con lo que tienen, siempre quieren más [6], por lo cual se vuelven esclavos del trabajo, sacrificando el gozar de la compañía de su familia y amigos, y el tener tiempo de esparcimiento como los padres multimillonarios de los serie adolescencial con que se empezó este post (Gossip Girl [1]), quienes gozan de mucho dinero y lujos pero no son felices pues además de estar pegados de detalles banales por su joven edad, no tienen el acompañamiento de sus padres. El despegarse de estos detalles irrelevantes disminuye las posibles causas de dolor y aumenta la aponía (falta de dolor físico) y más importante la ataraxia (falta de dolores emocionales es decir el tener serenidad), términos en los cuales profundizó Epicuro en su ética hedonista (mas no tropicalista) [5].

Y es que el cerebro va cambiando a lo largo del tiempo. Durante la niñez y la adolescencia, además de ser muy maleable y por lo tanto aprender muy fácil, está especializado. Muy gruesa y aproximadamente, el cerebro se puede dividir en regiones y neuronas selectivamente conectadas entre sí. Cuando se es joven hay más conexiones dentro de las regiones, cada una de las cuales está dedicada a algún tipo de procesamiento, haciendo que el cerebro joven esté especializado para aprender lo cual tiene sentido pues es cuando se están adquiriendo los talentos que se utilizarán el resto de la vida. Es decir, se está aprendiendo mucho. Pero a partir de la quinta década de edad, entre los 40 y 50, las conexiones dentro de las regiones se empiezan a perder tomando preponderancia aquellas que conectan a diferentes regiones. Se conservan aquellas conexiones que sí se usan y el individuo empieza a generalizarse además de perder flexibilidad cognitiva.  En otras palabras, su cerebro ya no está tan especializado para aprender cosas nuevas [7, 8].

Esto tiene que ver con la curva de la felicidad relacionada con la edad [9]:


Tomado de La curva de la felicidad en la vida es una “U”. Disponible en: https://mierdavida.es/curva-felicidad-vida/

Alrededor de los 20, se empiezan a mermar los conflictos causados por la adolescencia pero a la vez todavía está disfrutando de la aventura de la misma en la cual se aprenden muchas cosas, ya sea en las instituciones educativas a las cuales uno pertenezca, sus pares o con base en la búsqueda de experiencias nuevas y toma de riesgos típicos de esta edad [10]. Pero más importante, a partir de los 20, la persona está llena de expectativas positivas para el futuro donde las posibilidades y esperanzas parecen prácticamente infinitas, empieza a sentirse independiente, busca estímulos y contactos sociales para definir su vida. De los 30 a los 40 años, aunque todavía las hay, las expectativas ya son más bajas. También es la edad donde empiezan a pesar los compromisos, sobre todos los laborales. De los 40 a los 50 se empiezan a hacer los balances de lo conseguido y no conseguido, por lo tanto, se piensa en las oportunidades perdidas. Se busca estabilidad económica. El principio de la década que va de los 50 a los 60 años es el tiempo de la típica crisis de la edad media. Después, adentrado en esta a década, pensar en las oportunidades perdidas se vuelve menos acuciante, aceptás la vida como es, con sus aspectos positivos y negativos, y recuperás la serenidad.  De los 60 a los 70 llega la serenidad plena a la vida. La confianza en uno mismo y la autoridad aumentan porque se sabe cómo funciona el mundo y te conocés a vos mismo, el peso de la responsabilidad disminuye, te sentís libre para pensar en vos mismo y cultivar tus intereses. No es casualidad que la parte inferior de la curva de la felicidad coincida con la edad en la que tenemos más responsabilidades o preocupaciones relacionadas con el trabajo, la familia, la salud o los estudios. Al inicio de la curva está la edad donde se carece de responsabilidades y al final, durante la vejez, es el momento en el que se recogen los frutos de los sacrificios y en el que se tiene más tiempo para dedicarse a las aficiones y pasiones de cada uno [11].

Mis primeras crisis graves, mi cuasi-muerte por la extracción de mi colon y posterior peritonitis en el 2002 a los 28 años, el profundo y largo duelo por la muerte mi papá en 2007 a los 33 años, los sufrí en la parte descendiente de la anterior curva. A los 43 años tuve otra crisis cuando en 2017 sufrí el mencionado episodio grave de insomnio y a partir del 2018 me empecé a encerrar necesitando cada vez menos cosas, sobre todo menos compañía. A medida que uno se generaliza necesita menos “detalles” para ser feliz. Uno es feliz con menos. Como ya lo dije, prescindí de tener novia y mucha socialización.

Esto también tiene que ver con lo que nos enseñó el padre de la filosofía existencialista, Søren Kierkegaard y sus estadíos de la existencia [12]. En el estadío estético, el hecho de encontrarse en la superficialidad lleva al individuo a la falta de autodominio y de libertad. Este es el típico estado de los adolescentes. Y parece que entre más encumbrada es la clase social a la cual pertenece el individuo más superficial es pues tiene todas sus necesidades, incluso las no-necesarias (lujos), cubiertas y no tiene que preocuparse por cosas serias como su supervivencia. Yo, en un grado algo moderado, pasé (o estoy) por este estado estético. Pero los adolescentes de la serie repasada (Gossip Girl [1]) aquí, se preocupan por unas estupideces antes las cuales yo nunca llegue a preocuparme tanto: el qué dirán, popularidad, estatus en el colegio, etc. Se preocupan por todo menos por lo importante que es estudiar, sobre todo en esa edad. Después sigue el estadío ético de Kierkegaard; la existencia ética es el hombre común, el hombre universal, pero al mismo tiempo es el hombre concreto, que intenta alcanzar el yo ideal a través de las circunstancias ordinarias de su vida. Lo ético es, con otras palabras, la vida seria y responsable del hombre honesto. No sé si yo seguiré en el estadío estético en el cual lo más importante son los placeres olvidándose de las responsabilidades. Es posible, pues alrededor del 2017 empecé a contemplar la posibilidad de dejarme de preocupar por producir dinero y dedicarme sólo a leer y escribir [13], conformándome con lo que me dan mis padres consolidándome como un mamito. Pero al menos tengo una vida recatada y austera sin pretender tener grandes lujos sin producir, siendo consciente de mi vocación de escritor aficionado y aceptando las consecuencias financieras negativas de esto último. Entonces yo creo que todo esto me acerca al estadío ético pues no estoy viviendo en la superficialidad ni mucho menos de ilusiones vacías del estadío estético.

Después del estadío ético sigue el religioso, según Kierkegaard [12]. A este, en mi calidad de ateo, sí que menos que creo que he llegado. Pero esto último tiene unos matices. Según Richard Dawkins, el biólogo evolucionista y filosófico líder de los ateos en el mundo, en su icónico libro “El Espejismo de Dios” [14, 15], el panteísmo es un tipo de ateísmo acicalado. Yo creo que yo soy panteísta. Pan significa todo y teo Dios. Los panteístas creemos que la naturaleza lo es todo y no hay nada encima de ella, y por lo tanto no creemos en entidades sobrenaturales que violen la ciencia. Según Dawkins, este es el distintivo principal entre no-creyentes y creyentes; la creencia en el mundo sobrenatural que muestran los últimos. Hay que una corriente pseudocientífica llamada misticismo cuántico que “abusan” de las conclusiones locas a las cuales ha llegado la física subatómica (física o mecánica cuántica) para establecer una familia de religionoides. Sin dejar mi ateísmo, es decir sin creer en entidades sobrenaturales, yo me inventado una de esas creencias que he llamado “panteísmo cuántico [16] inquietud que tengo desde el 2004 cuando aun siendo ateo tuve una epifanía religiosa en el verano de aquel año en NY [17].

Y es que a medida que envejecemos el cerebro de hecho percibe menos detalles por unidad de tiempo pues el deterioro normal de las vías neurales hace que nos demoremos más tiempo procesando la información. Dado que como primates somos animales visuales, este tipo de percepción es un muy buen ejemplo para explicar esto. Cuando somos jóvenes vemos más fotogramas por segundo, lo cual es como estar filmando con una cámara lenta y tiene el efecto que el tiempo se perciba que pasa más despacio. Hay más imágenes empaquetadas en cada segundo. A medida que nos hacemos viejos, la cantidad de imágenes percibidas en cada segundo es menor pues al demorarse el cerebro más en procesar cada una de ellas, inevitablemente muchas pasarán sin ser percibidas pues el sistema atencional tiene que ser más selectivo con aquellas que escoge procesar para poderle “seguirle el paso” al “video” que está viendo. En pocas palabras hay menos imágenes empaquetadas en cada segundo entonces es como filmar con una cámara rápida, que detalla pocas imágenes, lo cual acelera la percepción subjetiva del tiempo a medida que envejecemos [18]. Entonces dado que a medida que se madura se perciben menos detalles, esto inevitablemente implica que cada vez estos importen menos reforzando la idea de que una persona mayor ve el cuadro general y no las minucias. Es como empezar a ver más el bosque que las hojas.

Entonces al contrario de lo que le pasa a niños y adolescentes, ejemplificados estos últimos aquí por la serie con la que se comenzó este post (Gossip Girl [1]), al importarle menos las minucias a la persona mayor aumenta su independencia con respecto a detalles estéticos (recuérdese la fase correspondiente de Kierkegaard) que constituían apegos ante cuya ausencia se sentía dolor durante la juventud, como me pasaba a mí durante mis 30s que no podía vivir sin pareja y sin socializar. Esta independencia en detalles irrelevantes propias de la fase ética, y para los creyentes de la religiosa, hace que la persona mayor se relaje cada vez más (curva de la felicidad), tome cada día como venga y se fije en lo realmente importante organizando mejor sus prioridades. En otras palabras, es como si a medida que se madura, se fuera volando cada vez vuela más alto y por lo tanto se ven menos detalles, pero a cambio de eso ve el panorama general pudiendo relacionar cosas disimiles lo cual resulta lograr soluciones y obras más creativas. Esto de las obras es importante porque además del ejercicio físico, se debe hacer buena actividad intelectual para que el deterioro cognitivo que inexorablemente llega con la vejez sea lo más leve posible [19, 20].

 

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Referencias Bibliográficas:

1. von-Ziegesar C, Savage S, Schwartz J, Lively B, Meester L, Badgley P. 2007-2012. Serie de TV "Gossip Girl". Netflix. Disponible en: https://www.imdb.com/title/tt0397442/ | https://es.wikipedia.org/wiki/Gossip_Girl. Consultado el 21-Feb-2024.

2. Duque-Osorio JF. 2022. Mi Grafomaníaca Vocación me Impidió Prostituirme por lo Cual no Produje Grandes Cantidades de Dinero. Puente Alto del Vergel, Ibagué, Tolima-Colombia. Blog "El Duque Bipolar". Disponible en: https://www.juanferduque.com/2022/02/mi-grafomaniaca-vocacion-me-impidio-prostituirme-por-lo-cual-no-produje-mucho-dinero.html. Consultado el 07-May-2024.

3. Dawkins R. 1993. El Gen Egoista: Las Bases Biológicas de Nuestra Conducta. Salvat Editores.

4. Llinares-Zaragoza MC, Saiz-Ruiz J. 1996. Análisis clínico y genético del trastorno afectivo bipolar. España: Universidad de Alcalá. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=225998. Consultado el 18-Oct-2019.

5. Duque-Osorio JF. 2021. El Hedonismo Epicúreo: Disfrutar Éticamente de los Placeres con Racionalidad y sin Excesos. Puente Alto del Vergel, Ibagué, Tolima-Colombia. Blog "El Duque Bipolar". Disponible en: https://www.juanferduque.com/2021/12/entiendo-correctamente-el-hedonismo-epicureo-el-placer-con-racionalidad-sabiduria-y-sin-excesos.html. Consultado el 07-May-2024.

6. Santandreu R. 2018. El arte de no amargarse la vida (edición ampliada y actualizada): Las claves del cambio psicológico y la transformación personal. Penguin Random House Grupo Editorial España.

7. 2024. El cerebro sufre un gran "recableado" después de los 40 años. Deutsche Welle. Disponible en: https://www.dw.com/es/el-cerebro-sufre-un-gran-recableado-despu%C3%A9s-de-los-40-a%C3%B1os/a-68302673. Consultado el 21-Feb-2024.

8. Deery HA, Di-Paolo R, Moran C, Egan GF, Jamadar SD. 2022. The older adult brain is less modular, more integrated, and less efficient at rest: A systematic review of large-scale resting-state functional brain networks in aging. Psychophysiology - Wiley. Disponible en: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/psyp.14159. Consultado el 21-Feb-2024.

9. Punset E, Punset E, Bainbridge D. 2013. Redes, Episodio142: Entre la juventud y la senectud - neurobiología. Televisión Española - TVE. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=yFCglSCF27s. Consultado el 22-Feb-2024.

10. Dekornfeld O, Moore J, Thunberg G, Alim S. 2021. Serie Documental "La mente, en pocas palabras" Episodio Temporada 2 Episodio 2 "Teenage Brain". Netflix. Disponible en: https://www.imdb.com/title/tt15978214/?ref_=ttep_ep2. Consultado el 22-Feb-2024.

11. 2022. La curva de la felicidad en la vida es una «U». Mierda de Vida. Disponible en: https://mierdavida.es/curva-felicidad-vida/. Consultado el 22-Feb-2024.

12. Fazio M. 2007. Søren Kierkegaard. Enciclopedia filosófica on line. Disponible en: https://www.philosophica.info/voces/kierkegaard/Kierkegaard.html. Consultado el 08-Ago-2021.

13. Duque-Osorio JF. 2016. Escritura Romántica y Terapéutica: Decidí seguir únicamente a mi vocación de escritor aficionado sin importarme las consecuencias financieras. Puente Alto del Vergel, Ibagué. Tolima-Colombia. Blog "El Duque Bipolar". Disponible en: https://www.juanferduque.com/2016/05/escritura-romantica-y-terapeutica.html. Consultado el 07-May-2024.

14. Dawkins R, Pérez-Galdós N. 2010. El espejismo de Dios. Grupo Planeta.

15. Dawkins R. 2008. The God Delusion. New York, EUA. Houghton Mifflin Harcourt.

16. Duque-Osorio JF. 2021. Mi Ateo Mito Religioso-Científico: Panteísmo Cuántico. Puente Alto del Vergel, Ibagué, Tolima-Colombia. Blog "El Duque Bipolar". Disponible en: https://www.juanferduque.com/2021/04/mi-ateo-mito-religioso-cientifico.html. Consultado el 07-May-2024.

17. Duque-Osorio JF. 2012. Aunque soy Ateo, Por mi Bipolaridad, Tuve una Epifanía (Experiencia Religiosa) en un Verano en NY. Disponible en: https://www.juanferduque.com/2012/12/nueva-religion-compatible-con-la.html. Consultado el 07-May-2024.

18. Maizels R. 2019. No, It’s Not Just You: Why time “speeds up” as we get older. Harvard: Science in the News. Disponible en: https://sitn.hms.harvard.edu/flash/2019/no-not-just-time-speeds-get-older/. Consultado el 02-Abr-2024.

19. 2022. ¿Cómo es el envejecimiento cognitivo? Barcelona-España. El blog de la Fundación Pasqual Maragall. Disponible en: https://blog.fpmaragall.org/envejecimiento-cognitivo. Consultado el 04-Abr-2024.

20. Jak AJ. 2012. The impact of physical and mental activity on cognitive aging. Curr Top Behav Neurosci 10: 273-291.

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