Juan-Fernando Duque-Osorio. Msc. 

Mi faranduleadera está dando un salto cuántico acá en Ibagué

Hace rato no blogueaba. Lo voy a hacer hoy de una forma improvisada a ver que me sale. En la última entrada de su blog, mi hermana, Gloria-Elvira, le hace una carta de amor a Nueva York, ciudad de la cual está enamorada (ver esta entrada). Yo no le voy a hacer una carta de amor a Ibagué, pero como lo he dicho varias veces, estoy muy amañado en este pueblo. Yo nunca pensé que viniendo de una ciudad tan afamada y grande como Cali me fuera a amañar tanto en Ibagué. Esta entrada resultó ser un escrito light donde hablo de relaciones públicas, familia extendida, y como la envidia y demás cosas malucas que se sienten tanto en un pueblo de estos, son un pequeño precio que pagar por vivir en una ciudad tan agradable como Ibagué.

Las ciudades intermedias tienen varias ventajas, entre las cuales tenemos que todo es más barato y cerca, por lo cual el tiempo y el dinero rinden más. Pero hoy quiero hablar de relaciones interpersonales. Es mucho más fácil conocer gente bacana y en cantidades considerables en un pueblo como Ibagué. Además aquí tenemos mucha familia. Ahora miro para atrás y no entiendo como hicimos mi mamá y yo para sobrevivir solos en Cali durante los tres años posteriores a la muerte de mi papá. Un día tuvimos que pasar navidad los dos solos comiendo pizza en el hotel intercontinental. Yo fui criado en Cali, donde conocía la mayoría de mis amigos, pero los que no han emigrado ya tienen vidas serias y mantienen ocupados. Extraño a Cali, pero a la Cali de los 1980s y 1990s, cuando durante mi infancia y sobretodo adolescencia, faranduleaba mucho. Pero esa Cali ya no existe. Extraño a los pocos buenos amigos que me quedaron en Cali, pero ahora me estoy enamorado de Ibagué. Salvo para ver a estos pocos buenos amigos que me quedaron en Cali, ya prácticamente no me dan ganas de viajar a esta ciudad. Lógicamente no es que acá en Ibagué la gente mantenga rascándose la barriga. Obviamente la gente está ocupada también. Pero en una ciudad pequeña hay más tiempo para socializar.
Hay un término que se llama Anomia, que en una de sus definiciones significan estar sin normas, y teniendo en cuenta que las normas las dictan las instituciones, estar anómico se puede tomar como no estar formando parte de una institución. Y eso es estresante. Un ejemplo de instituciones que lo relajan a uno es su núcleo familiar. Cuando uno está solo en la calle va tranquilo porque tiene la idea que al final de la faena va llegar a un sitio que se llama hogar, donde va a encontrar gente que lo quiere y una comida caliente. Pero cuando se está solo en la calle, esta institución en realidad no existe, porque uno no está con su núcleo familiar si está haciendo una diligencia solo. En esos momentos la institución "hogar" o "núcleo familiar" no son más que constructos mentales que lo relajan a uno, pero en realidad no existen en el momento. Pues resulta que salvo de contar con la compañía de mi mamá, estuve anómico entre el 2009 (año en que la mayoría de conocidos míos se fueron de Cali o se ocuparon en vidas serias: ver entrada al respecto) y 2012 (año en que se llegó a una masa crítica de amigos en Ibagué por lo cual dejé de sentirme solo) estuve anómico. Fueron años duros pues además de lidiar con el duelo por la muerte de mi papá, que me produjo una crisis de insomnio tenaz, repito, estábamos solos. En el 2010 llegamos a Ibagué y los primeros años no contaba con amigos pero, como me dijo un portero amigo de Cali:
- Solo es que conozcás a un vago y este te presenta a todos los vagos de la ciudad
Y así fue. Ya contaba y cuento con mi grupo de amigos en Ibagué (los Cinisofistas-Psychopigs). Y a la vez que sigo conociendo gente, sigo mejorando mi capacidad para estar y disfrutar de la soledad, pues la situación contraria (estar ávido de compañía y solo) es muy estresante. Por medio de mi grupo de amigos resulté andando con los izquierdocitos del pueblo los cuales todos son conocidos de todos.
Pero últimamente empecé a explorar familiares extendidos y para resumir el cuento, ahora estoy andando con unos primos paternos de mi mamá, los Diaz-Osorio, familia a la cual pertenecen unas primas de segundo grado mías muy lindas y buenas conversadoras. Y eso que apenas estoy comenzando. En esta entrada, que tiene que ver relaciones interpersonales y públicas, en este momento quiero destacar y agradecerle por su amistad a mi prima Claudia España quien es muy linda tanto por fuera como por dentro. Claudia es una superdotada, una supergenio, en cuanto a inteligencia social-emocional se refiere. Ya había hablado yo del placer de tener amigas. Pero nunca había sentido un cariño de amistad tan bacano por una mujer como lo siento por Claudia. Este viernes por ejemplo la pasamos deli y me presentó resto de gente en el marco de la Feria Ibagué Maquila y Moda. Resultamos en un desfile de Hernán Zajar y todo. Yo no tengo la más mínima idea de moda. Pero la pasamos deli con Claudia España Diaz. Entonces esta entrada va dedicada a ella y su familia y porque los dioses permitan que su mamá (Stella Díaz-Osorio, prima paterna de mi mamá) se recupere completamente de un impase de salud por lo cual tuvo que ser intervenida quirúrgicamente ayer. Entonces es relativamente fácil hacer amigos en una ciudad intermedia como Ibagué en la cual además tengo muchas familiares, de los cuales mayoría apenas estoy empezando a conocer. Para seguir con esta entrada y un poco light y emocional, lo cual no es típico de mis escritos, me atrevería a decir que incluso es mucho más fácil infiltrarse en la élite de una ciudad pequeña como Ibagué que en una ciudad grande como Cali. En Ibagué, dado el barrio en el que vivo (el Vergel) y por relaciones de negocios y cuestiones administrativas del conjunto y estas cosas, ya me estoy empezando a infiltrar en la élite. Me siento como Juanito Alimaña, que siempre se alinea con el que está arriba. En el desfile de moda del viernes, Claudia me dijo después de estudiar el público:
- Aquí está toda la sociedad de Ibagué, el que no está aquí, no existe.
En cambio en Cali, aunque estudie en Colegio Bilingüe y conocí a mucha gente de buen nivel, los círculos sociales son muy cerrados. Además, me he dado cuenta que en Ibagué la gente de nivel es mucho más sencilla. Todo está muy bien.
Pero con la misma facilidad que se hacen amigos se hacen enemigos. Lo pueblo chiquito, infierno grande, aunque un poco exagerado, tiene algo de verdad. Como lo he relatado antes, un taxista que tuvimos en el 2012 nos demandó por medio de un proceso judicial irregular y le tuvimos que pagar $20M. Y como la ciudad es pequeña, mi padrastro y mi mamá se han encontrado con este personaje y han habido roces, los cuales ha aprovechado este individuo para ponernos denuncias en la fiscalía por injuria (insultos) y calumnia (chismes). Yo no tenía ni idea que insultar y/o chismosear de alguien fueran delitos. Yo entonces debería estar preso por muchos años pues he sido imprudente, agresivo y he rajado de mucha gente. Me parece increíble que la fiscalía reciba denuncios de este tipo de "delitos", sin pruebas, como si no hubiesen suficientes crímenes importantes y muy graves que resolver en un país como Colombia. Para pagar la demanda de principios de este año, yo vendí mi taxi, pagué la misma y todas las deudas de mi casa, y me quedó un pequeño excedente con el cual me compré un apartaestudio en planos, de Construcciones y Urbanizaciones, constructora cuyo dueño (Gabriel Peñalosa) es amigo de acá del Vergel y por ser el segundo apartamento que le compro, me hizo una muy buena  rebaja (aquí las palancas se consiguen y funcionan  mucho mejor). El tal fue para poder echar el mi taxista sin que me fuera a demandar como lo hizo el de mi mamá, le hice firmar un día de marzo un contrato de arrendamiento donde constara que no había vínculo laboral y al otro día lo eché y le hice firmar un paz y salvo. Todo con notaría. Ya con estos papeles firmados no me podía hacer una demanda laboral. Pero de todos modos nos denunció en la fiscalía por calumnia y/o injuria. Entonces, la demanda,, que  fue lo más duro, ya  pasó. Pero ahora seguimos con esos chicharroncitos en la fiscalía. Esas denuncias por calumnia e  injuria no van a prosperar,  pero de todos modos es incomodo el papeleo y los trámites y todo eso. Sobra decir que aunque perdí mas de la mitad de mi patrimonio, el negocio de los taxis no me gusto y ahora regresé al de finca raíz, con ese apartaestudio que me compré en planos. Espero poder seguir comprando en planos y vendiendo apartamentos acabados, aprovechando super-boom de la construcción que hay acá en Ibagué (que parece que no es una burbuja) pues necesito una estrategia a largo plazo para cuando no pueda parasitar más a mi mamá, cuando parta definitivamente de este mundo. Para eso falta mucho pues mi mamá es mas saludable y activa que yo. Pero hay que planear para el futuro. Cuando le cuento mis diferentes planes de respaldo que tengo para cuando me toque pasar por esa pérdida tan grande, muchas personas me dicen:
- No planeé que quien quita que usted se muera primero. Viva el presente.
En los primeros párrafos de esta entrada queda claro que estoy disfrutando al 200% mi presente aquí en Ibagué. También es claro que no hay nada seguro en la vida y que me puedo morir antes de mi mamá. Pero eso no es disculpa para no planear. Lo primero que se me ocurre es que si me toca partir prematuramente,  después de muerto yo no me voy a poder arrepentir por haber ahorrado para mi futuro gerontológico, pues ya no existiré. El no planear es parte del tropicalismo del cual sufren nuestros países. Y eso de no planear tiene que ver con el hecho de que países como Colombia son muy ricos en recursos naturales. Aquí es muy difícil morirse de hambre. Uno va por ejemplo al pacífico Colombiano y los afrodescendientes que allí viven son pobres financieramente pues cosas como el plátano y pescado se los da el medio gratis, por lo cual no necesitan planear. En cambio si uno ve los países más avanzados del mundo, los del norte de Europa (Finlandia, Suecia, Paises Bajos, Noruega, etc.) tienen  que planear o si no ya hubieran desaparecido de la tierra por esos inviernos tan duros que tienen que soportar. En esos países la gente se organiza y planea o sino en invierno se mueren de físico frío y hambre. Y llevan tanto tiempo planeando que ahora, repito, son los países más avanzados del mundo.
El anterior párrafo fue un paréntesis. Volviendo a las relaciones públicas en una ciudad pequeña como Ibagué, la envidia se siento mucho más. Yo estoy acostumbrado a que me tengan envidia pues toda la vida he sido una persona privilegiada en muchos sentidos. Pero nunca pensé que la envidia y estas cosas llegaran a tanto como para poner denuncias en la fiscalía. Con estas cosas uno va entiendo porque la gente con modito tiende a relacionarse solo con familiares y con otra gente de modito. Para, entre otras cosas que todavía no entiendo, evitar esa "lucha de clases". Ahora veo porque a los padres no les gusta que sus hijos se involucren con gente de niveles significativamente inferiores. La explicación es muy simple. Si una familia acomodada emparenta con una familia que no lo esté, el dinero va a tender a fluir hacia la familia menos favorecida desde la familia acomodada, y esto es un pésimo negocio para esta último tipo de familia. Entonces, sí, soy un hijo de papi y mamí de ascendencia paisa, por lo cual fui creado en la derecha y los casi 20 años que pasé en la Universidad del Valle no lograron izquierdizarme, simplemente me centraron. Pero si, aunque me se relacionar bien con todo tipo de gente, en el fondo soy elitista. Y además Uribista, lo cual me pone a veces en contravía con mis conocidos académico-intelectualoides. Y aún así, en este tipo de círculos no tengo la más mínima dificultad para infiltrarme y llegar sus élites, pues, y repito, fueron 20 años de entrenamiento en Univalle. Donde si se me dificulta un poco la cosa, dado mi retardo en cuanto a inteligencia social-emocional, es cuando se trata de interactuar con gente "bien". A penas en los últimos años he empezado a tener habilidades para disfrutar del hecho de hablar cosas superficiales. Pero en esto también hay a una especie de estratificación. Hay gente que puede hablar del tema mas superficial, pero lo  hacen con tal gracia que es divertido. Esto me hace acordar de mis amigos de teatro de Univalle con quienes tanto gocé en el 2007. Esto fue otro paréntesis. He notado, que al menos para mi gusto la gente, mas divertida de Colombia para contar cuentos son los paísas y perdón por lo etnocentrista pero es que es la etnia de la cual yo desciendo. Y yo creo que ya tengo la explicación para eso. Un tío hizo recientemente un "libro de Artista" en el cual reunió fotos de todas nuestras familias. Ahí narra que descendemos de familias antioqueñas que a su vez descienden de judíos conversos al cristianismo (también conocidos como marranos) que llegaron desde España en el siglo XVIII. A eso hay que agregarle que la mayoría de premios nóbeles son judíos. Súmele el hecho de que condiciones como la bipolaridad están relacionada con genialidad y su prevalencia a nivel mundial es mayor en los judíos y a nivel de Colombia lo es en las personas de ascendencia paisa. De hecho hay pueblo llamado Aranzazu en el departamento Colombiano de Caldas, en el cual el 25% de la población es bipolar. Y los judíos son los mejores negociantes y resultan, tras bambalinas, mandando la parada en los grandes negocios del mundo. Entonces es claro que los miembros de la etnia judía, llegan al mundo, con al menos unos punticos de más en su coeficiente intelectual, y por eso será que el típico paisa es tan divertido cuando de echar cuentos se trata. No se. Repito estoy improvisando.
Entonces para ir cerrando esta floja, egocentrista y elitista entrada, quiero expresar que ya tengo, o más bien estoy encontrando, mis raíces acá en Ibagué, y que la envidia, y denuncios por cosas culas en la fiscalía, son un pequeño precio que pagar por vivir en un lugar tan agradable, donde es tan fácil socializar y donde hay buenas oportunidades de negocios por ser una ciudad con un crecimiento tan rápido e interesante. Muchos dicen que cosas como el boom en la construcción en este pueblo es resultado que está llegando mucho nuevo rico a camuflarse y lavar su plata acá en Ibagué. Otros dicen que muchos pensionados están bajando de Bogotá para vivir más rico en Ibagué, pues la capital Colombiana es invivible. Ojalá que lo preponderante sea el hecho de que muchos jubilados se estén viniendo a vivir acá, y ojalá el pueblo se demore bastante en calentarse. Muchas gracias por leerme.

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