Solo me quedan unos 40 años de vida. Balance del 2014
Suena a mucho tiempo, pero hay tantos temas bacanos que explorar que incluso yo, un baby parasite que se puede dedicar casi exclusivamente a leer y escribir, me veo corto de tiempo. Es obvio que por más que uno trate, todos moriremos ignorantes. Por eso hay que escoger ciertos temas que le gusten mucho a uno. Y no se trata de tener tiempo solo de leer, pues como decía Estanislao Zuleta, solo el que escribe lee de verdad. Esa libertad de poder dedicarme a lo que quiera cuando quiera, me ha creado la necesidad de organizar cada vez mejor mi tiempo pues la idea es que mi libertad no se convierta en un libertinaje, bajo el cual mi productividad intelectual y salud se vean comprometidos. Además este año han pasado cosas muy bacanas como una traguita muy chévere por una niña muy allegada a la familia, lo cual también ocupa recursos mentales y algo de tiempo. Además este año se abrió la posibilidad de publicar lo que quiera en Amazon. Será que debo dedicarme solo a hacer libros para publicar en dicho sitio y maximizar las ganancias o debo seguir publicando en revistas científicas Colombianas y en mi blog como lo he hecho en los últimos 10 años?
Otra cosa que se logró este año, es haber completado 4 meses sin fumar. Algunos se ríen y otros se quejan cuando ponía en el Facebook: 4 días sin fumar, 10 días sin fumar, etc. No volví a hacer eso pues resultaba fallando. Y desafortunadamente durante esta temporada de diciembre también falle, pues me he fumado unos 4 o 5 cigarrillos. Lo bueno de ser bipolar es que se pueden usar los extremos y cuando digo que no vuelvo a fumar lo logro por períodos de tiempo considerables. Aunque no he rumbeado, y estas fechas cada vez significan menos para mí, para pasar las fiestas de diciembre libre de tabaco hay que dejarlo por lo menos un año antes, para cuando llegue diciembre ya le tenga mucho asco a ese vicio. Y es que me estoy demorando mucho para dejar de fumar definitivamente pues desde el 2008 lo estoy intentando, y repito, el record hasta ahora va en cuatro meses limpios durante este año.
Y es que esta entrada se trata del tiempo. Y ahí que afanarse para coger hábitos saludables pues es un momentico se vuelvo uno un viejito enfermizo. Eso está relacionado con mi anterior entrada en este blog, en la cual digo que un buen peor escenario podría ser terminar en una playa bien bonita del pacífico intercambiando conocimientos por comida y dormida. Ese es un escenario extremo, al cual seguramente no tendré que recurrir, pero me gusta tener planes de respaldo. Reinterpretando a Estanislao Zuleta, me gusta aspirar a lo mejor y alistarme para lo peor. Mucha gente lo critica a uno por futurista. Que viva el presente. Que usted no sabe si va a llegar a viejito, etc. Yo disfruto mucho de mi presente y precisamente como quiero que las cosas sigan así por mucho tiempo, hago planes para mantener mi status quo. El hecho de planear no quiere decir que no se esté disfrutando del presente. Volviendo al pacífico colombiano, en el campo se puede ver por qué somos uno de esos países económicamente pobres. En muchos lugares del pacífico la comida se da silvestre, y entonces la gente desayuna y ni siquiera tiene que planear de donde va sacar el almuerzo y la cena. Es increíble. Pues eso, que suena muy bonito, es lo que lleva al tropicalismo. En nuestros países la gente no planea e incluso diría yo que le da miedo pensar en el futuro. Como dice Rubén Blades en su canción “Ojos de Perro Azul”: “gente con miedo a vivir y a la vez asustados de la muerte”. Y es que, además del tropicalismo, no encuentro más razones para la reticencia que muestra la mayoría de gente de nuestro medio para planear a largo plazo. En cambio, en países pobres en recursos naturales y en zonas duras del planeta, como estos países nórdicos avanzadísimos como Noruega, Suecia, Finlandia, etc., o se planea o la gente se moriría literalmente de frío y hambre durante los largos inviernos. Y de tanto planear y organizarse han logrado la riqueza económica que tienen ahora. Pero como me dice una amiga, no hay felicidad completa. Esos países registran las tasas de suicidio más altas probablemente por la combinación del hecho de tener todo lo necesario por parte del estado, y por esos inviernos tan largos y oscuros. Quién sabe. Otro motivo de investigación.
En todo caso hay que organizarse cada vez más. Los bipolares debemos llevar una estructura horaria relativamente estricta en la cual cosas como las comidas, la toma de los medicamentos y las horas de dormirse y despertarse sean lo más estables posibles, para “no perder el ritmo”. Eso lo manejo la más o menos bien. Ahora he distribuido los días para cada día de la semana dedicarme a una tarea en particular. Estoy llegando a los extremos de obsesión por el orden de Sheldon Cooper. Y dentro de ese orden hay que escoger los temas sobre los cuales escribir, pues hay tantas cosas bacanas que es como estar parado ante un buffet infinito con solo 40 años para disfrutarlo. Hay que escoger que se come porque obviamente no va a haber tiempo para comerlo todo. Nunca estuve de acuerdo con las líneas de investigación que se autoimponen los profesores universitarios, pero tampoco se puede ser totalmente promiscuo pues no se vuelve uno bueno en nada. Y es que en eso me he convertido, en un especialista en asuntos generales de la biología. Y no se trata solo de organizar tiempo para leer. La idea es escribir y publicar por muchas razones. Volviendo a Zuleta, cuando uno realmente lee, resulta escribiendo pues la idea es que lo que uno lea lo impacte tanto, que no queda otro camino que desahogarse escribiendo y relacionando lo que uno acaba de leer con otras cosas que ya tiene en su memoria. Y ya entrado en eso pues resulta uno haciendo una publicación para fortalecer el ridiculum vitae. Además a uno no lo pueden medir por lo que ha leído, sino por lo que publica. Volviendo a los peores escenarios, por si algún día me toca dar clase en una universidad, la idea es tener un ridiculum bien nutrido para facilitar la contratación. Mucha gente me dice que empiece a trabajar en una universidad ya, que no sea egoísta y que comparta lo poco que se. Ya lo he hecho pues durante el 2003 fui profesor de Anatomía en la Universidad libre de Cali. 10 años después casi me contratan en la Universidad de Ibagué pero esa transacción se vio cegada por cambio de decana. Y ahora veo que esa contratación no convenía, pues cuando hablo con los profes amigos de esta universidad me dicen que los tienen llenos de chicharrones hartos y no les queda tiempo de hacer cosas realmente divertidas como leer y escribir. El próximo año hay la posibilidad de que con un amigo nos contraten para empezar y coordinar una tertulia en una universidad de Ibagué. Si esto se da, puede ser muy divertido, pues es conversar cada semana sobre algún tema interesante para los chinos y le pagan a uno sin tener que calificar trabajos ni exámenes ni nada de eso. Si este contrato sale, a este si le hago. Además de vez en cuando todavía clientes que son profesores universitarios me contratan para editarles y/o traducir sus manuscritos a publicar.
En todo caso, y gracias a las condiciones económicas y logísticas lo permiten, la idea es tomar la escritura como algo serio. Es por eso que he decidido que cada proyecto de libro que tengo es una línea de investigación relacionada con las demás. Así seguiré haciendo entradas en mi blog, las buenas entradas las puliré para publicarlas en Innovación y Ciencia, revista divulgativa (para todo público) Colombiana en la cual me gusta mucho publicar. Creo que no volveré a publicar en revistas pesadas, especializadas, pues lo molestan a uno mucho en cuanto a correcciones y le quitan los derechos de autor. Actualmente tengo el problema que los artículos que resumen mis tesis de pregrado y maestría, los está vendiendo un tercero en Amazon y no puedo hacer nada al respecto. Entonces artículos pesados no más. Pero en una revista como Innovación y Ciencia si es muy relajado publicar. Y después cada artículo podría convertirse en un insumo para algún libro que esté yo escribiendo. Yo creo que ese el método más eficiente y que más visibilidad me puede dar.
Además de todo esto gasto mucho tiempo reflexionando y oyendo música. Siento como si mi hemisferio derecho estuviese saliendo de su retardo mental y me estuviese pidiendo arte. Al menos escritura y música, y también me están empezando a dar ganas de pintar. Algún día tengo que hacer un relato de ciencia ficción con mis propios dibujitos. Mi papá nos crío un poco anti-arte y anti-hippie. En pocas palabras mi papá me crío para ser un médico investigador de las fuerzas armadas de EUA. De hecho en estas noches soñé que era yo un oficial de la USAF (United States Air Force) y que el presidente Obama me daba una condecoración en el aeropuerto de Cali. Es por esto que una franquicia como Star Trek es irresistible para mí pues mezcla entre lo científico y militar. Y con ciencia ficción redondeo este párrafo en el sentido que la misma sirve como puente entre el arte y ciencia. Me gusta mucha la educación que mi papá me dio, porque empezar a explorar ambientes y cosas artísticas tarde en mi vida, evitó que me viera influenciado por esos ambientes tan bohemios durante mi adolescencia. Ahora adulto puedo explorar esos ambientes sin “contagiarme”.
Otra cosa que me quita tiempo, pero que es muy necesario y lo hago con mucho gusto, es ser el encargado de los chicharrones de oficina a cambio de que me hagan todas las diligencias callejeras pues odio los chicharrones de campo. Solo de vez en cuando me gusta salir a media mañana a hacer diligencias con mi mamá para llegar acalorado a nadar al medio día. El día de los chicharrones de oficina son los lunes e increíblemente bajando y diligenciando papeles que tengan que ver con impuestos o con los carros, o pagando facturas por internet, y limpiando mi correo y este tipo de cosas, se me va toda la tarde del lunes. Pero volviendo a mi papá, no sé si fue por haberlo visitado en su oficina tantas veces cuando yo era niño, que me encanta el trabajo de oficina. Eso lo viene a descubrir al final de los 1990s cuando la tutora de mi tesis de pregrado y entonces vicedecana de investigaciones de la Facultad de Salud de Univalle, me nombro como su secretario. Le hacía a mi tesis y a las labores burocráticas propias de esa oficina y me divertí mucho.
Pero volviendo a mi presente y en medio de todo esto, siento que cada vez hago un uso más eficiente del tiempo. Me gustaría poder hacer un uso cada vez más intensivo, extensivo y eficiente de mi mente, como se muestra en películas como Lucy 2014 o Limitless 2011 en las cuales por medio de agentes químicos, los protagonistas resultan usando toda o casi toda su capacidad mental, logrando grandes proezas. Aunque en la realidad es posible que usemos todo el cerebro y que el hecho de que solo usamos hacia el 10% de nuestra capacidad sea un mito (ver artículo académico al respecto). Usamos todo el cerebro y lo más seguro es que tengamos una reserva neuronal y que a medida que nos esforzamos mentalmente vamos reclutando más neuronas en redes cada vez más complejas. Pero algo como lo que muestran en las citadas películas no es posible. A no ser que el cerebro sea un computador cuántico y aprendamos a usarlo como tal (ver entrada al respecto). En todo caso a medida que uno madura y se exige va mejorando su capacidad. Cada vez uno tiene mejor memoria y más capacidad para relacionar cosas que a simple vista no tiene nada que ver. Esto es indispensable para el que hacer de un escritor. Cuando yo era estudiante de pregrado, odiaba que me pusieran a hacer ensayos. Yo prefería empacarme un libro de memoria y después vomitar los datos sin procesar en el examen. Eso funcionó muy bien cuando era adolescente. Pero cuando ya estaba más grandecito, durante la maestría, la cosa cambió. Me empecé a volver bueno procesando información, lo cual hace que uno no saque tan buenas notas cuando lo ponen a competir con chinos de pregrado. Recuerdo muy bien que durante mi curso de embriología de la maestría (segundo curso de embriología que veía durante mi vida), impartido por la profesora Carolina Isaza (ex-primera dama del departamento del Valle del Cauca-Colombia y Vice-rectora de investigaciones), los puestos era fijos. Yo me hacía al lado de un chino que estaba haciendo pregrado en medicina. Ese man confundía mórula con blastocisto, óvulo con espermatozoide, etc. Ese man quedó maravillado cuando le dije que un huevo es una célula gigante donde la yema es el núcleo y la clara es el citoplasma. Yo me dije: este man perdió embriología. Primer parcial, y el chino sacó 4.5 y yo apenas saqué 3.6, lo mínimo para pasar un examen en posgrado. Yo me le acerqué al chino, todo picado de que supuestamente tenía más rango que el por ser yo estudiante de maestría. Le dije:
- Joven, cuénteme, cómo hizo usted para sacar tan buena nota, sin en clase no entendía nada.
Y me contestó el chino muy sobrador, insurrecto y con un golpecito en mi hombro:
- Tiene que estudiar más mijo.
Claro, cuando uno ha pasado la adolescencia, ver un curso de pregrado es tan fácil, y dado que los extremos se juntan, se vuelve algo muy difícil, pues uno ya grandecito analiza concepto por concepto y no alcanza a estudiar todo lo que hay que estudiar para el parcial. En todo caso ahora prefiero escribir y relacionar cosas que aprenderme vainas de memoria. Por eso hace 10 años no doy clases de anatomía y morfología en general porque me tocaría volver a aprender todo ese ladrillo de memoria y que mamera. Pero no puedo decir de esta aguan no beberé. De pronto algún día me tocará. En todo caso a medida que uno usa su cerebro, este se va volviendo más eficiente, sin llegar a extremos de película. A excepción del tabaquismo, que aspiro haberlo cortado hoy, todo está sospechosamente bien, estoy durmiendo bien, mis facultades mentales (memoria y capacidad de relacionar cosas, mutitasking) van mejorando. Todo esto está relacionado con algo que nos dijo mi profesor de mastozoología en el pregrado, Michael Alberico (QEPD):
- Ustedes lo adolescentes no tienen instalado Windows en su cerebro. Su sistema operativo es DOS básico, por eso solo pueden hacer una cosa a la vez.
Y es cierto. Durante el pregrado, cuando uno tenía que presentar varios trabajos o exámenes a la vez, escogía que el fuera más importante y desechaba lo demás, y después veía cómo se las arreglaba.
Todo esto está muy en línea con la psicología cognitiva, uno de los dos grandes paradigmas que conforman la psicología evolucionista (el otro es el evolucionismo Darwiniano). La psicología cognitiva es básicamente la teoría computacional del cerebro (hardware) y mente (software). La idea es que tenemos un sistema operativo general (que en la gente adulta es un Windows que por lo tanto permite abrir varias ventanas a la vez) y programas o módulos mentales para solucionar problemas específicos.
Y con esto ya voy entrando a las cosas buenas que dejaron este año. Tengo una ventanita abierta en mi mente que me come algo de recursos mentales pero es muy manejable. Se trata de una traguita por una niña muy allegada a la familia y que es residente de psiquiatría en la clínica corpas en Bogotá. Por ahora llamemos a mi traga Patricia. Para hacer el cuento corto, voy a relatar una conversación que tuve con una vieja amiga del colegio, Paola Vásquez. La llamé a Cali y la saludé y le dije:
- Ve, conocí una familiar lejana que me está gustando mucho.
Me contestó:
- Ve, yo estoy de afán so let´s cut the chase. ¿Es joven y físicamente agradable?
- Sí.
- No tiene ni quiere tener hijos.
- Aja. Cómo sabés.
- Porque eso es lo más importante para vos.
- Pero tiene muchas más cualidades.
- Todo lo demás es bonus para vos.
Y nos reímos un ratico y colgamos.
Patricia, mi traguita, es una niña muy inteligente, muy sensible, muy inteligente, muy tierna, muy guerrera e independiente. Y tiene muchas otras cualidades que no podría explicar con palabras. El tal es que me produce una traga, que al principio estuvo un poco pasadita de la raya, pero ahora está muy equilibrada. Es una traga agradable porque siento que la puedo querer emocional, racional e instintivamente. No es la típica traga maluca que uno dice, esta querida, pero no me conviene? No. Esta china es una niña muy completa y nos la estamos yendo muy bien. Lo mas probable que es que solo resultemos siendo amigos, pero estoy como tan tranquilo que la puedo querer como ella quiera. En especies como la nuestra los machos somos los vendedores y las hembras son las clientes. Y el cliente siempre tiene la razón. Uno debería ser lo suficientemente relajado y seguro de si mismo como para querer a una mujer, así le guste a uno mucho, como ella quiera. A raíz de esto estuve leyendo sobre neurobiología del amor, y la que está mandando la parada en ese aspecto es Helen Fisher. Ella describe tres estadíos:
1. La atracción física mediada principalmente por testosterona y estrógenos.
2. Amor romántico mediado principalmente por dopamina
3. Apego a largo plazo mediado principalmente por vasopresina y oxitocina.
Yo pienso que, y especialmente para los hombres, llegar al estadío 1 es relativamente fácil pues nos fijamos mucho en lo físico. ¿Por qué? Porque aunque uno no quiera tener hijos, actúa instintivamente como si los fuera a tener; y la fertilidad femenina, comparada con la masculina, desciende muy rápido con la edad. Entonces los hombres estamos programados para buscar pistas que nos indiquen el estado de salud y fertilidad de una mujer. Cuando se llega la parte romántica (estadío 2), las cosas ya se complican un poco pues empieza a haber un apego donde la dopamina juega un papel muy importante, sobre todo porque se mete con los sistemas de recompensa del cerebro. Funciona como una adicción, La idea es que al pensar en el ser querido el cerebro se premia secretando más dopamina, lo cual hace que se piense más en el ser querido, y se forma un círculo, no sé si vicioso. Siguiendo el principio de dorada mediocridad aristotélica las traguitas, y siempre y cuando se trate de una mujer que valga la pena, hay que mantenerlas en un punto medio. Es decir en la mitad del punto 2 del gradiente anteriormente descrito. Nunca he llegado al estadío 3 pero he estado cerca. Es posible que nunca llegue a lo máximo, a no ser que llegue una mujer con respecto a la cual sienta que hay una posibilidad casi segura (no hay nada seguro en la vida) de que me va a corresponder y es la mujer con la cual voy a envejecer. Con respecto a Patricia, siento, repito, una traguita muy equilibrada, pero en el caso de ser correspondido, ese sentimiento crecería bastantico. Al principio de diciembre, la ventanita mental que representa esa traguita ya estaba como grandecita, pues estaba muy expectante por la llegada de Patricia acá a Ibagué a pasar las fiestas. Pero tuvo un percance de salud y no pudo venir. Eso me desinfló pero le quito un poco de gasolina a la traguita y ahora la quiero de una forma más mesurada. Cuando nos volvamos a ver, estoy seguro que voy a estar mucho más relajado, máxime cuando ya le expresé que me gustaba mucho. Además, le interesan temas como la bipolaridad y tenemos un pequeño proyecto para hacer un artículo bien bacano sobre la evolución del gradiente bipolar. Tenemos algunos intereses intelectuales comunes. Eso me parece muy bacano.
Como bipolar soy brutísimo para hacer el papel de pretendiente. Me pongo nervioso, me voy a los extremos de no hacer nada o volverme intenso, etc. Del cortejo puedo hablar como biólogo teórico, pero llevarlo a la práctica definitivamente no aprendí. Entonces me puse a pensar cómo es que una bestia en cuanto a inteligencia emocional como yo, ha tenido novias. No han sido muchas, pero he tenido mis novias. Descubrí que a cambio de la imposibilidad de llevar un cortejo “normal” la bipolaridad me confiere mucha espontaneidad, y eso es lo que me ha permitido tener algunitas novias. Pero cuando me pongo en el papel de pretendiente pierdo la espontaneidad y me tiro en todo. Entonces he decidido seguirme portando espontáneamente y estar preparado para cualquier escenario que se dé como resultado. Y es que además el cortejo requiere que uno haga dos cosas que odio hacer: mentir y rogar. Mentir porque el típico cortejo es una obra de teatro que el man le arma a la hembrita, en la cual se muestra como el hombre ideal, para, típicamente salir con un chorro de babas después de hacer la conquista. Yo hago lo contrario. Una suerte de anti-cortejo: expreso que tengo una bipolaridad leve (ciclotimia), que soy ileostomizado, que no quiero tener hijos y que no tengo el más mínimo afán de irme de mi hotel mama. Si una mujer es capaz de ver más allá de esas barreras, es posible que la sorprenda positiva y sosteniblemente en el tiempo. Entonces uno diría que me quedé solo definitivamente, eso es muy posible. Pero además de que los hombres somos muy de buenas, conozco manes en situaciones parecidas a la mía y consiguen buenas mujeres. En todo caso estoy preparado para el peor escenario de quedarme solo, que yo creo que con el tiempo se está convirtiendo en un buen escenario.
Siguiendo con el balance del año, y como ya dije, este año tuve el record de no fumar durante cuatro meses, y espero que ese record se vuelva algo definitivo. Este año aprendí a publicar en Amazon (ver mi página de autor), entonces le empecé a dar duro a mis proyectos de libros. Como le he dicho hasta la saciedad, el publicar libros en Amazon y poderlos promover en Google Books, ha sido el descubrimiento del año. Las editoriales convencionales solo dan el 10% de las regalías, le quitan a uno los derechos de autor y le ponen a comprar ISBN (International Standard Book Number). En cambio Amazon le da a uno regalías que van del 35 al 70%, no le quitan derechos de autor y le dan a uno ISBN gratis. Eso está buenísimo.
Este año espero ser más eficiente, estar libre de tabaco, y además de nadar, darle al gym, pues en este conjunto residencial tengo todo eso y no tengo disculpas para no hacer ejercicio. Son los típicos propósitos de fin de año, dentro de los cuales no incluyo todavía el bajar de peso. Por ahora me concentraré en dejar de fumar, hacer más ejercicio y ser más eficiente a la hora de producir intelectualmente.
Muchas gracias por leerme.
No hay comentarios